Casi 10.000 explotaciones de leche han desaparecido en los últimos 7 años,
lo cual quiere decir que 4 familias al día han perdido su forma de ganarse la
vida.
La actividad ganadera de leche a parte de ser muy esclava, ya que no
existen ni domingos, ni vacaciones, ni días de descanso en general, no es
rentable. Cuesta dinero dedicarse a ello. Y yo me pregunto ¿la ganadería de
leche no es una forma de ganarse la vida? Siento decir que ahora NO. Producir un
litro de leche de vaca cuesta de media unos 0,55 € y la venta de ese mismo litro
produce unos ingresos de 0,32 € aproximadamente. La situación es
insostenible.
Una de las causas que pone a esta actividad al borde del
precipicio es la ausencia de influencia en el precio por parte del productor. El
ganadero o ganadera no interviene en ningún momento en la cuantía que percibe
por el producto. A la industria le da igual que los costes de producir un litro
de leche suban, se encarga el productor de asumirlos porque cuenta con muchas
desventajas frente al intermediario entre las que está, por ejemplo, el que se
trate de un producto perecedero que si no lo vende al precio que le ofrecen lo
tiene que tirar, en cuyo caso ya no estaríamos hablado de un déficit de 0,23 €
por litro si no de 0,55 €. Por otro lado, está la Comisión Nacional de la
Competencia que evita cualquier amago de fijación de precios mínimos, eso sí, al
más débil porque la industria representa el bando dominante que marca el precio
que quiere.
En este sentido, es necesario tener en cuenta que los ganaderos,
años atrás, invirtieron en la modernización de sus explotaciones embarcándose en
préstamos que en esta situación tan crítica no pueden afrontar. Es decir, que a
la falta de rentabilidad de la actividad debido a que los gastos son superiores
a los ingresos hay que sumarle el endeudamiento en el que están sumidos los
profesionales del sector.
En base a todo esto, un paso hacia delante que se
podría dar para salvar al sector sería la concentración de la oferta. Aquí es
donde entran en juego las Organizaciones de Productores de Leche que están
compuestas por ganaderos y ganaderas, figura reconocida por el Ministerio y que
se basa en reunir el mayor número de kilos posible para obtener una serie de
beneficios, entre los que está el poder negociar el precio por el volumen
conjunto que maneja la OPL de manera que se pueda obtener un margen razonable
para el productor.
En muchas ocasiones me sorprende hablar con ganaderos que
siguen manteniendo la actividad a pesar de que son conscientes de que están en
el fondo de un túnel y no ven ni un rayo de luz al final de él. Ellos siguen
produciendo leche porque les cuesta mucho (en el sentido más romántico)
abandonar una actividad en la que han invertido mucho tiempo y mucho dinero;
pero ya no hay ilusión; no tienen esperanza; no recomiendan a nadie que se
dedique a este sector y ni mucho menos a sus hijos, los jóvenes, que son el
futuro y representan el tan necesario relevo generacional; están hartos. Y todos
se preguntan: “¿es que nuestro trabajo no tiene valor? ¿Qué va a pasar cuando
todos abandonemos la producción de leche?¿traerán la leche de fuera? Pues que la
traigan, será entonces cuando se nos eche de menos y de nada servirá tomar
medidas, porque cuando se pudo hacer algo se nos dejó caer al
precipicio”.
Normalmente los padres están orgullosos de poder ser un ejemplo
para sus hijos, hay jóvenes que sueñan con ser médicos como sus padres o
ingenieros o periodistas. ¿Pero ganaderos? Al fin y al cabo, dada como está la
situación sería otro disgusto más para el profesional del sector. Es fundamental
cambiar esto. Llegará el día en que un padre diga con orgullo a su hijo: “Sí
hijo, yo soy ganadero, soy feliz porque puedo vivir de lo que me gusta, que
además es una actividad fundamental para la sociedad porque produzco alimentos.
Si tú quieres, me encantaría que también te dedicaras a esto, con tu espíritu
emprendedor y con la formación que tenéis hoy en día los jóvenes seguro que te
conviertes en un gran profesional y harás de esta actividad la forma de ganaros
la vida tú y tu familia”. Tiene que llegar ese día.
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